14 mayo, 2025
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En la previa de su cumpleaños. Máxima: de un entrenamiento militar a una fabulosa cena de gala en palacio sin escalas

¿Cuántos días entran en un día? Por las actividades que realiza, está visto que todo lo que cualquier mortal lleva adelante con suerte en una semana, la reina de los Países Bajos lo realiza en 24 horas. Como prueba, vaya aquí sólo un lunes. El 12 de mayo, tras regresar de España, adonde viajó junto con su madre, María del Carmen Cerruti, para asistir a la edición 2025 de la famosa Feria de Sevilla –el evento en el que conoció, en 1999, a su marido, Guillermo Alejandro de Orange-Nassau, quien por entonces no era rey, sino el príncipe heredero de los Países Bajos–, la soberana comenzó la semana tempranísimo y a alto ritmo: viajó al sudeste del país, cerca de la frontera con Bélgica, donde participó de un entrenamiento militar desafiante.

El lunes 12 por la mañana, a la par de los futuros rescatistas, Máxima asistió a clases teóricas, prácticas de tiro y actividades transfronterizas. Realizó actividades de escalada, rappel y tirolesa.

Sin make up, stilettos ni alta costura, la Reina desplegó su encanto y su destreza física en una actividad que se extendió avanzada la jornada. En Ámsterdam la esperaba no sólo su marido, con quien horas más tarde tendría una comida de gala, sino también su madre María del Carmen, quien había viajado desde Buenos Aires para acompañar a su hija en un día especial: el 17 de mayo, Máxima cumple años. Y, por supuesto, la aguardaba Mambo, el caniche de la familia real. Desde que lo adoptaron, en 2021, el perro se ha vuelto una gran compañía para la Reina, mucho más desde que Amalia (21), Alexia (19) y Ariane (18), las tres hijas, dejaron el nido para dedicarse a sus estudios.

Con uniforme camuflado y una mochila, hizo un largo trayecto por esta zona boscosa de la región de Limburgo.

REINA EN TODOS LOS TERRENOS

Apenas llegó a Geulhem, ubicada en una región montañosa, en Limburgo, Máxima se calzó uniforme y casco y se colocó la mochila que utilizan los futuros reservistas del Ejército. En los Países Bajos, son las Fuerzas Armadas las que capacitan para este tipo de funciones y el entrenamiento dura cerca de ocho semanas. Lejos de intimidarse con una escalada agotadora ni echarse atrás cuando le alcanzaron el arnés, la monarca cumplió con lo pautado, incluso se lanzó a hacer rappel y a una tirolesa que, de sólo mirarla, daba vértigo.

La Reina y su escuadrón, todos a pura sonrisa.

No es la primera vez que la Reina sorprende con este tipo de actividades. El año pasado, con borcegos y el uniforme militar neerlandés, pasó una jornada junto con un regimiento de ingenieros, en Bolduque, también al sur del país, realizando diferentes pruebas y maniobras en campo a la par de los demás militares. Y lo mismo sucedió en 2023, cuando participó de la Operación Fire Bucket, en la base aérea de GilzeRijen. Se sabe: por su audacia y versatilidad, la llaman la “reina todoterreno”, un título que no sólo se aplica a este tipo de tareas. Es que, si hay algo que define a Máxima, es su versatilidad. Puede estar arriba de un helicóptero, con un outfit camuflado como Top Gun, ignorando bajas temperaturas y lluvias incesantes, y, horas después, estar al frente de una conferencia sobre microcréditos o financiación inclusiva en la Asamblea General de las Naciones Unidas (desde 2024, asumió como Defensora Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Salud Financiera) al lado de Bill Gates con el allure y la sonrisa que son su sello indiscutido.

El rey de los Países Bajos y Mambo, el inseparable caniche de la familia real, reciben a Máxima, recién llegada de su jornada militar.

EL BRINDIS ANTES DEL BRINDIS

Horas después de haber regresado a Ámsterdam proveniente de Geulhem, Máxima cambió el uniforme militar por un vestido rosa pálido con pedrería de Jan Taminiau, uno de sus diseñadores favoritos. Con ese modelo, de mangas largas y cuello cruzado que ya había estrenado en 2010, durante la celebración del Prinsjesdag, Máxima llegó al Palacio Real para participar, junto con su marido, el rey Guillermo Alejandro, de la cena de gala, con mucha pompa, para homenajear al cuerpo diplomático.

Con mangas largas, cuello cruzado y pedrería, el vestido que lució Máxima en la noche del lunes es un diseño creado por el holandés Jan Taminiau.

“En tiempos de endurecimiento social y polarización, el arte y la cultura cobran una importancia especial. Nos ayudan a encontrar nuevas palabras, a formar nuevas imágenes y a descubrir nuevas e inesperadas conexiones, ¡también a nivel internacional!”, dijo, en un emotivo discurso, el soberano ante cuarenta representantes extranjeros en los Países Bajos y una gran cantidad de personalidades del mundo del arte y la cultura.

Máxima y su marido, Guillermo Alejandro, quien, para la cena anual del cuerpo diplomático del lunes por la noche, lució una corbata blanca, la banda, la estrella de la Orden Militar y la estrella de la Orden del León de los Países Bajos.

Y, tras un aplauso sostenido, todos levantaron sus copas. Para Máxima, ese brindis multitudinario del lunes 12 quizás sea un adelanto del festejo, más íntimo y en familia, que llegará dentro de cuatro días, cuando celebre su cumpleaños número 54.

Una postal del Palacio Real, en el momento en el cual la embajadora de Yemen, Sahar Ghanem, propuso un brindis por los soberanos neerlandeses. Los reyes, en el Palacio Real, durante la cena de gala. Máxima, a poco de cumplir 54, en todo su esplendor. La tiara, una pieza de diamantes rematada por siete grandes perlas, era de  la gran duquesa Ana Pavlovna de Rusia, quien se casó con Guillermo II de Holanda.La tapa de revista ¡Hola! de esta semana

​Acá, las postales de una soberana distinta e incansable, quien el 17 de mayo celebrará su cumpleaños 54