Referentes de distintos credos encabezaron esta tarde una misa interreligiosa en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires para despedir al papa Francisco, de la que participó también parte del Gabinete.
Cerca de las 16 horas, arribaron al lugar el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el canciller, Gerardo Werthein y el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, quienes entre hoy y el jueves viajarán a Roma como parte de la comitiva que acompañará al presidente, Javier Milei, para asistir a las exequias del Sumo Pontífice. Desde el gobierno porteño, acudieron a la ceremonia el secretario General y de Relaciones Internacionales, Fulvio Pompeo, y la directora de Cultos, Pilar Bosca.
“Creo que es el mejor homenaje que podemos hacer a nuestro querido Francisco, trabajando por los más pobres”, comenzó el arzobispo de Buenos Aires, monseñor García Cuerva, encargado de conducir la oración interreligiosa por el “eterno descanso” del Papa.
Por la Iglesia Católica, además, concurrió el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Marcelo Colombo, mientras que por el judaismo asistió el rabino Daniel Goldman, que a su turno señaló que “despedir a un hombre de la magnitud de Francisco excede cualquier vocablo”.
El rabino Daniel Goldman recordó, además, que la primera misa fuera de Roma que condujo Francisco fue en Lampedusa. “El Papa fue un convencido de que la solución a muchos de los problemas no vendrán del Viejo Mundo”, dijo. Y luego cerró: “Danos esperanza, ánimo y fortalece nuestro corazón”.
Por otro lado, en representación del Islam asistieron a la Catedral el Sheij Salim Delgado Dassum y Omar Abboud. Este último aseguró que se fue “un tipo de voz de las que escasean” al recordar ciertos temas que habitualmente abordaba Francisco.
“Esa visión que justamente es importante porque es una visión integrada. Y como sabemos en tiempos que estamos ávidos de certezas y tiempos de virtualidad, este tipo de voz, la de Jorge Mario Bergoglio, resulta indispensable. La experiencia de diálogo es una experiencia de propia identidad”, destacó. “Es un buen momento para darle la verdadera dimensión, releerlo, reescucharlo”, consideró Abboud.
Sheij Salim Delgado, en tanto, definió: “Hoy musulmanes de todo el mundo recordamos el legado de un hombre que luchó por la paz, fomentó los lazos de igualdad, tendió puentes, se preocupó por los pobres”.
Minutos después, Kissag Mouradian, representante de la Iglesia Armenia, valoró la búsqueda de Francisco por la pacificación de la Humanidad. “Por favor Santo Padre reza por nosotros y la paz de la humanidad. Ese era principalmente su deseo”, resaltó.
También participaron del encuentro representantes de las Iglesias Evangélicas Protestantes, la Pastora Metodista Mariel Pons, y por las Iglesias Evangélicas Pentecostales, el Pastor Norberto Saracco.
La Pastora Metodista Pons destacó que Francisco facilitó el diálogo. “En este mundo que se convierte en tan árido a veces, nos ayudó y nos ayuda a seguir creyendo en la bondad de Dios”, afirmó.
El pastor Norberto Saracco de las Iglesias Evangélicas Pentecostales recordó que en la última misa de Bergoglio antes de ser cura, los invitó y que luego dijo: “Traje a mis amigos para pedir perdón por lo que hicimos”.
El cierre estuvo a cargo de monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza, que agradeció a los presentes e invitó a que el legado que Francisco deja sea el servicio especialmente a los más pobres, la causa de la paz y el cuidado de la casa común.
“Promovía el servicio sobre cualquier forma de ritualismo, supo acentuar el servicio de las religiones a la causa de los pobres y los pequeños”, apuntó.
Y siguió: “Insistir en su servicio a la sublime causa de la paz basada en el respeto de las distintas identidades, culturas, orígenes, una paz que tendiera puentes y separara lo que nos aparta a unos de otros en muros, paredes, divisiones”.
“Su llamado a cuidar la casa común, la creación que Dios puso en nuestras manos. A cuidar los recursos que la tierra nos provee a preservar la tierra de cualquier forma, de mal empleo, de hacerla caer a intereses mezquinos o que se pierda la dignidad de la vida”, agregó como otra de las causas por las que el Papa luchó.
Para cerrar, invitó a que todos llevaran su mano al corazón para que cada uno agradeciera a Dios algo de la vida de Francisco. “Todos tenemos algo para agradecer a Dios de la vida de Francisco. Está en nuestro corazón y ahí lo queremos cuidar”.
Llevando cada uno su atuendo característico después se reunieron alrededor de un cuadro con una foto del Papa. “Viva Francisco”, gritó alguien y todos contestaron “Viva”, dijo, para dar cierre a la ceremonia interreligiosa y fue acompañado por un largo aplauso de los feligreses.
García Cuerva, por último, confirmó que la exequia del sábado para acompañar el sepelio del Papa en Italia, que comenzará a las 10 de la mañana, será a las 5 hora local. Informó que luego harán una caravana alrededor de la Plaza de Mayo con una gran imagen de Bergoglio. “Como vengo diciendo estos días, para un padre que tiene muchos hijos la alegría es ver a los hijos unidos”, cerró.
La mayoría de los presentes se retiraron aunque algunos aguardaron sentados en las gradas para esperar la misa que iba a comenzar momentos después.
Durante la misa, que también ofició él, el arzobispo García Cuerva recordó otra frase que el Papa solía repetir: “Al mundo le hace falta llorar”.
“El mundo lo llora y cuando lloramos limpiamos la mirada y vemos más claro. Quizá por eso Francisco nos insistió tanto con que al mundo le hace falta llorar porque quizá había que mirar al mundo con esperanza”, afirmó.
Luego señaló que lo importante es quedarse con el legado que deja el Papa. “No podemos quedarnos en la anécdota de Francisco. Cuando a mí me llamó, cuando lo vi, cuando me bautizó. Hoy lo importante es su legado, su enseñanza”, afirmó.
Y luego lo trasladó a la oración final en donde pidió aprender a llorar y no individualizar ni retener a la persona de Francisco, sino comprometerse con su magisterio.
Durante las ceremonias, cerca del altar, había cuadernos para que los presentes pudieran pasar a dejar mensajes de despedidas para Francisco.
Diálogo interreligioso
Más temprano, García Cuerva había ahondado sobre la importancia que el papa Francisco le daba al diálogo interreligioso al calificarlo de un “tema muy sensible” para el Sumo Pontífice. “Él siempre decía que los que tengan fe recen por mí; y los que no tengan fe, por lo menos tírenme buena onda”, dijo el arzobispo porteño.
Anoche, García Cuerva ofició una misa en la parroquia San José de Flores, por la muerte del papa Francisco. Con el deseo “Por el eterno descanso”, la ceremonia congregó a más de 1000 personas, entre las que estuvieron la vicepresidenta Victoria Villarruel, la vicejefa de Gobierno porteño Clara Muzzio, el diputado nacional Leandro Santoro y Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz.
El arzobispo de Buenos Aires calificó la partida del Papa como “la muerte del padre de todos” e hizo hincapié en que Francisco “mostró la necesidad de reformas y transparencia en la Iglesia”, por lo que “quizá fue tan criticado”.
En una emotiva homilía, García Cuerva agregó que “hay oscuridad y es de noche porque sentimos la orfandad”, a la vez que llamó a “encontrar la luz” y “soñar con una misma humanidad como hijos de la misma Tierra que cobija a todos”, una guía “que él nos predicó en la llamada revolución de la ternura”.
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, condujo una celebración con líderes de otras religiones por el “eterno descanso” del Papa