En 2019 Clara Bersellini tenía 20 años y estaba viviendo sola en Bahía Blanca, mientras cursaba el Segundo Año de la carrera de Psicología. Como ella misma dice, tenía la vida de cualquier estudiante del interior que asistía a la universidad, salía con sus amigos y viajaba de vez en cuando al pueblo para visitar a su familia.
Sin embargo, esa tranquilidad comenzó a alterarse cuando empezó a sentir una picazón en todo el cuerpo, que aumentaba después de bañarse con agua caliente o luego de realizar actividad física.
También se sentía muy cansada, dormía mucho y todas las tareas cotidianas, cuenta, le costaban el doble de esfuerzo. Además, por aquellos días comenzó a transpirar a la noche y, a veces, le faltaba el aire. Tenía una tos “rara”, casi constante.
Todo cambió de un día para otro
“El médico me transmitió tranquilidad desde el primer momento, me hizo varias preguntas muy bien orientadas y me indicó algunos estudios: análisis de sangre, ecografía abdominal y de cuello porque había notado ganglios inflamados sobre las clavículas que yo nunca había registrado y una radiografía de tórax. Una vez que estuvieron esos resultados (aproximadamente dos semanas después) me derivó con un hematólogo”, rememora Clara.
Cuando el onco-hematólogo vio los resultados de los estudios le solicitó una tomografía y una biopsia de uno de los ganglios del cuello. A las dos semanas ya tenía el resultado: Linfoma de Hodgkin.
“Podría decir que tuve mil reacciones. En el momento creo que me mostré bastante predispuesta a hacer lo que tuviera que hacer. Entre el llanto y las mil emociones que se me aparecieron, sabía que tenía que aceptar lo que estaba pasando y que de alguna manera me iba a recuperar. Puse mi cuerpo a disposición de los médicos. Lo primero que hice cuando salimos del consultorio fue ir a la casa de mi mejor amiga de toda la vida, Anto, y contarle que se había confirmado el diagnostico. Lloramos juntas un rato, nos abrazamos, y me ayudó a escribir un mensaje para el resto de mis amigos”.
“Tenía días muy buenos y días fatales”
Clara realizó un esquema de 10 sesiones de quimio: una cada 15 días y cada una duraba aproximadamente entre tres y cuatro horas. “En el proceso tuve un montón de emociones: enojo, tristeza, esperanza, miedo. Es algo que va cambiando casi todos los días. Tenía días muy buenos y días fatales”.
En enero de 2020 Clara finalizó el primer tratamiento y desde que comenzó la pandemia los controles se fueron espaciando. En noviembre un estudio arrojó que la enfermedad parecía haber vuelto, confirmación que llegó luego de una punción de medula. En primera instancia se localizaba en el cuello y el pecho, pero la recaída fue a nivel de la cadera.
Recaída, autotrasplante y un apoyo muy especial
En su caso, explica, fue más difícil que el primer diagnóstico porque ya se encontraba un poco desganada y la cabeza empezó a jugarle en contra. Había momentos en los que pensaba que si la primera vez no había funcionado por qué iba a resultar en esa segunda etapa.
“Me apoyaba en mi familia, mis viejos en primer lugar. Es como que se va armando una red de contención tremenda alrededor de uno. Todos se pusieron a disposición desde el primer momento. También mis amigos, desde el lugar que podían, encontraron la forma de acompañarme”, dice. Y agrega: “Pero a mamá hay que hacerle un monumento. La mayor contención vino de ella. Se la hice sufrir muchas veces. No es fácil pasar por la enfermedad, pero tampoco es fácil acompañar a alguien que la está pasando. Nadie hubiera sido mejor que ella para pasar todo el proceso, nadie me hubiera tenido la paciencia y el amor que me tuvo ella, la entrega fue total”.
Sin embargo, una de las personas más importantes durante esos tiempos difíciles fue “Mari”, su psicóloga. “Había hecho terapia con otros terapeutas, pero no llegaba a conectar o a sentirme cómoda del todo, y cuando tocaba temas relativos al cáncer era más difícil porque hay muchísimo tabú y no me sentía comprendida. Encontrarla a Mari fue lo mejor, la adoro, ella es psico oncóloga y también fue paciente, así que eso aporta otra perspectiva a la terapia. Me ayudó a sentirme comprendida, contenida y respetada”.
El autotrasplante de médula fue la única solución que le plantearon los médicos porque la enfermedad había vuelto poco tiempo después de terminar el primer tratamiento por lo que se lo consideraba un linfoma refractario y ese era el tratamiento indicado.
“Fue difícil. Por suerte, permitieron que mi mamá se interne conmigo y eso alivianó un montón el proceso, estuvimos completamente aisladas en la habitación del hospital durante 20 días”.
“Yo nunca vi a alguien tan joven con tantas ganas”
Desde que era muy chica Clara ya fantaseaba con la posibilidad de, en un futuro, ser mamá. Esa convicción fue creciendo con los años por lo que antes del trasplante hizo criopreservación de óvulos, proceso que permite preservar la fertilidad de una mujer al congelar sus óvulos para su uso futuro. “Cuando se hizo la recolección de óvulos y me dijeron que habían podido recolectar menos de lo que esperaban me afectó muchísimo. Me puse a llorar en el consultorio de la médica de fertilidad y ella me dijo algo que hoy cobra más sentido: ´tenés a favor tu edad: la calidad de los óvulos es mejor. Tenés en contra que ya realizaste tratamientos, pero yo nunca vi a alguien tan joven con tantas ganas, así que intentá quedarte tranquila, que lo que tenga que pasar va a pasar´”.
Hace menos de un año que Clara conoció a Mateo, con quien conectó desde el primer día y nunca más se separaron. “Al poco tiempo de conocernos le pregunté si pensaba en algún momento ser papá porque yo tenía muy claro que quería formar una familia, fuera de la forma que fuera, y no iba a seguir construyendo una relación con alguien que no tuviera el mismo deseo. Por suerte, los dos estábamos en el mismo lugar, pero era algo proyectado muy a futuro”.
El día que Clara se hizo el test de embarazo en su casa y vio el resultado tan esperado, cuenta, no lo podía creer. Le pidió a su novio que fuera a buscar otro test porque para ella no podía ser posible. “Me había hecho a la idea de que no iba a ser tan fácil quedar embarazada y de que podía ser que no se diera nunca. Fue una mezcla tremenda de emociones: alegría, miedo e incredulidad”.
Cuando Clara y Mateo fueron a la primera ecografía esperando escuchar un latido, terminaron escuchando dos. Esa tarde se fueron con la certeza de que esperaban dos bebés.
“Él estuvo conmigo todo el tiempo, vio el positivo en el mismo momento que yo. Todo el proceso lo vivimos juntos, hasta ahora no tuve que ir a ninguna consulta o estudio sola, siempre está conmigo”.
¿Qué sentís que en unos meses vas a ser mamá de mellizas?
Estoy super emocionada, también disfrutando el embarazo. Creo que todavía no termino de asimilar bien todo. En pocos meses pasé de pensar que iba a ser imposible ser mamá de manera natural a saber que hay dos vidas creciendo dentro de mi cuerpo. Lo deseé tanto, y llegaron sin ser buscadas. Es una locura.
¿Con qué expectativas lo estás viviendo?
Intento vivir todo paso a paso, aunque es difícil. El deseo más grande es que estén sanas, que esté todo bien durante y después del embarazo. El resto de las cosas se van acomodando de a poco, aprendí que la salud es siempre lo más importante.
¿Cómo imaginás el momento del parto?
Super emotivo, debe ser algo indescriptible. No me puedo imaginar todo lo que se debe sentir al ver a un hijo por primera vez. Nos pusimos de acuerdo con los nombres bastante rápido: Amelia y Vera.
Un mensaje para las personas que se encuentran transitando alguna enfermedad.
Paciencia y fe. No hay una única manera de atravesar una enfermedad así, y todas las emociones y maneras de enfrentarlo son válidas, está bueno darse permiso de sentir y de expresar todo eso que nos pasa. Les diría también que escuchen a su cuerpo, el cuerpo sabe lo que necesita y busca la forma de hacerse escuchar. Tomen los consejos que les sirvan y nada más que eso, todo el mundo va a opinar cómo deberían actuar, pero cada uno sabe lo que necesita y lo que le sirve. Cada ser humano es único y cada experiencia también.
Cumplir su sueño de chica era un interrogante luego de atravesar problemas de salud, pero evaluó opciones y lo logró